Esta es la historia de un soldado que despues de haber luchado en la Guerra de Vietnam regresaba a su casa, pero antes quería asegurarse de que sus padres le resiviera, asi que......
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Una hermosa historia para reflexionar sobre el amor a nuestros seres queridos, que apesar de lo que pueda suceder estamos dispuestos recibirlos.......More
Nos pasamos la vida entera buscando la felicidad, preguntándonos donde se esconde o esperando un hecho que nos cambie la vida y llene nuestro espíritu....More
HOLA DE NUEVO, LES TRAIGO UNA BONITA HISTORIA PARA REFLEXIONAR........
Cuenta la leyenda de un hombre que tuvo que participar como soldado en una
guerra que sostenía su pueblo contra un país enemigo. Cuando esto sucedió el
tenia familia, su mujer y sus cuatro hijos, quienes sufrieron mucho al vivir
una experiencia tan dolorosa.
Después de algunos años, cuando la guerra terminó, nuestro personaje
recibió autorización para regresar a su casa, con su familia.
El pobre hombre no cabía en si de gozo, pues pensó: ”Pronto volveré a
reunirme para siempre con mi familia, con mi adorada familia” Sin embargo,
antes de salir del batallón les envió una carta a sus hijos y esposa
diciéndoles lo siguiente:
“Querida familia, me informan que muy pronto podré abandonar este lugar
infernal para rehacer mi vida como cualquier mortal común y corriente. Mi
primer impulso ha sido volver con ustedes y disfrutar el resto de mis días a su
lado, viviendo juntos y apoyándolos, tratando de recuperar el tiempo perdido
.No obstante, ese es sólo mi anhelo, yo comprendo que ustedes tal vez ya no
sienten la necesidad por mi debido a tantos años que he vivido en su ausencia,
y por la que ustedes han tenido que estar sin mi apoyo”
“Yo entendería si ustedes deciden no abrirme las puertas de la que un día
fuera mi casa, mi hogar, en donde tal vez ahora sólo sería un extraño, y donde
muy posiblemente otro hombre ocupe el que alguna vez fuera mi sitio, como padre
y como esposo…”
“Sin embargo, no quisiera apenarlos ni obligarlos a que me lo dijeran
personalmente….Yo tampoco lo podría soportar”.
“Recuerdo que fuera de la casa había un viejo roble frente a la puerta. Por
favor, como señal de que ustedes aún desean que viva a su lado nuevamente,
amarren un listón amarillo a ese árbol. Al salir del cuartel,
abordaré un autobús que pase frente a nuestra casa, y desde la
ventanilla sabré si soy bien recibido a través de esa señal. Si no veo desde
lejos el listón amarrado al viejo roble, yo entenderé que no soy bien recibido
y seguiré mi camino hacia una nueva vida, lejos de ustedes. Los amo de
cualquier manera, y siempre será así.¡¡Que Dios los bendiga a todos!!
Cariñosamente papá.”
Finalmente llegó el día de su salida y abordó muy emocionado el vehículo
que lo conduciría al exterior. Ya cerca del barrio donde vivía su familia, era
tal su nerviosismo que no se atrevía a mirar si el viejo
roble tenia o no amarrado el listón amarillo, y suplico a otro pasajero,
compañero suyo, que se fijara si así era.
Cada vez el autobús estaba más cerca, y al llegar frente a la casa y ver el
viejo roble, el otro pasajero informó al angustiado hombre:
“Pues no, no veo un listón amarillo amarrado a ese viejo roble, será mejor
que tú mismo veas lo que yo veo ahora”.
El hombre pensó que todo estaba dicho, y con infinita tristeza se atrevió
débilmente a ver de reojo hacia la que fuera su casa, donde efectivamente había
un viejo roble, pero no con un listón amarillo amarrado…el árbol estaba
TOTALMENTE CUBIERTO DE LISTONES AMARILLOS.
El amor nunca muere cuando es amor de verdad. El amor lo vence todo…
tiempo, tristeza… el amor es irrompible, nada lo detiene cuando lo desborda el
alma de un ser, ausente o no.
AQUÍ UNA BONITA HISTORIA PARA REFLEXIONAR SOBRE LO QUE UNA PERSONA ES CAPAZ DE HACER POR AMOR A LOS HIJOS....
El
día que mi María José nació, en verdad no sentí gran alegría porque la
decepción que sentía parecía ser más grande que el gran acontecimiento que
representa tener un hijo. Yo quería un varón.
A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis
dos mujeres, una lucía pálida y la otra radiante y dormilona. En pocos meses me
dejé cautivar por la sonrisa de María José y por el negro de su mirada fija y
penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura, su carita, su
sonrisa y su mirada no se apartaban ni un instante de mi pensamiento, todo se
lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacía planes, todo sería para
mi María José.
-Este relato era contado a menudo por Randolf,
el padre de María José: Yo también sentía gran afecto por la niña que era la
razón más grande para vivir de Randolf, según decía él mismo. Una tarde estaba
mi familia y la de Randolf haciendo un picnic a la orilla de una laguna cerca
de casa y la niña entabla una conversación con su papá, todos escuchábamos
atentamente-
-Papi, cuando cumpla quince años, ¿Cuál Será mi
regalo?.
-Pero mi amor si apenas tienes diez añitos- ¿No te
parece que falta mucho para esa fecha?.
-Bueno, papi, tú siempre dices que el tiempo pasa
volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí-
La conversación se extendía y todos participamos
de ella. Al caer el sol regresamos a nuestras casas.
Una mañana me encontré con Randolf frente al
colegio donde estudiaba su hija quien ya tenía catorce años. El hombre se veía
muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo me
mostró el registro de calificaciones de María José, eran otras impresionantes,
ninguna bajaba de 10 y los estímulos que les habían escrito sus profesores eran
realmente conmovedores, felicité al dichoso padre y le invité a un café.
María José ocupaba todo el espacio en casa, en
la mente y en el corazón de la familia, especialmente el de su padre.
Fue un domingo muy temprano cuando nos dirigíamos
a misa, cuando María José tropezó con algo, eso creímos todos, y dio un
traspié, su papá la detuvo de inmediato para que no cayera. Ya instalados en
nuestros asientos, vimos como María José fue cayendo lentamente sobre el banco
y casi perdió el conocimiento. La tomé en brazos mientras su padre, buscaba un
taxi y la llevamos al hospital. Allí permaneció por diez días y fue entonces
cuando le informaron que su hija padecía de una grave enfermedad que afectaba
seriamente su corazón, pero no era algo definitivo, que debía practicarle otras
pruebas para llegar a un diagnóstico firme.
Los días iban transcurriendo, Randolf renunció a
su trabajo para dedicarse al cuidado de María José, su madre quería hacerlo
pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de
él.
Una mañana Randolf se encontraba al lado de su
hija cuando ella le preguntó:
-¿Voy a morir, no es cierto?, Eso te lo dijeron
los médicos ¿verdad?
-No mi amor, no vas a morir, Dios que es tan
grande, no permitiría que pierda lo que más he amado en el mundo respondió el
padre.
-¿Van a algún lugar?. ¿Pueden ver desde lo alto
a las personas queridas?. ¿Sabes si pueden volver?
-Bueno hija, respondió, en verdad nadie ha
regresado de allá a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría
sola. Estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en
última instancia utilizaría el viento para venir a verte.
-¿Al viento? ¿Y como lo harías papi?.
-No tengo la menor idea hija, sólo sé que si algún
día muero, sentirás que estoy contigo cuando un suave viento roce tu cara y una
brisa fresca bese tus mejillas.
Ese mismo día por la tarde, llamaron a Randolf,
el asunto era grave, su hija estaba muriendo, necesitaban un corazón pues el de
ella no resistiría sino unos quince o veinte días más. ¡Un corazón!. ¿De dónde
saco un corazón?. Lo vendían en la farmacia acaso, en el supermercado, o en una
de esas grandes tiendas que hacen propaganda por radio y televisión. ¡Un
corazón!. ¿Dónde?.
Ese mismo mes, María José cumpliría sus quince
años. Fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante, las cosas
iban a cambiar. El domingo por la tarde, ya María José estaba operada. Todo
salió como los médicos lo habían planeado. ¡Éxito total!. Sin embargo, Randolf
no había vuelto por el hospital y María José lo extrañaba muchísimo. Su mamá le
decía que ya que todo estaba bien y que sería el papá quien trabajaría para
sostener la familia, María José permaneció en el hospital por quince días más,
los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y
fuerte y así lo hicieron.
Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme
sofá y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su
padre.
María José, mi gran amor: "Al momento de
leer mi carta, debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu
pecho, esa fue la promesa de los médicos que te operaron. No puedes imaginarte
ni remotamente cuánto lamento no estar a tu lado en este instante.
Cuando supe que ibas a morir sentí que yo también
moriría contigo, y me preguntaba ¿qué podía hacer?... después de tanto pensar y
sentir mil cosas dentro de mí, decidí finalmente que la mejor manera de hacer
algo por ti era darle respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenias
diez años y a la cual no respondí.
Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie
jamás ha hecho. Te regalo mi vida entera, sin condición alguna para que hagas
con ella lo que creas que es mejor, sintiendo muchas cosas bellas y sabiendo
que en el mundo lo más importante es que quieras vivir, ¡Vive hija!. ¡¡¡¡Te
amo!!!!... También quiero que sepas que hoy, mañana y siempre estaré a tu lado,
siempre. Te Amo y siempre Te Amaré, porque eres lo más grande y hermoso que
Dios me ha dado... siempre estaré contigo, siempre TE AMARÉ...
María José lloró todo el día y toda la noche. Al
día siguiente, fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá, lloró
como nadie lo ha hecho y susurro:
-Papi ahora puedo comprender cuánto me amabas, yo
también te amo aunque nunca te lo dije. Por eso también comprendo la
importancia de decir "TE AMO". Y te pido perdón por haber guardado
silencio"...
En ese instante las copas de los árboles se
movieron levemente y cayeron algunas flores, Sintió María José que un suave
viento rozó su cara y una brisa fresca besó sus mejillas. Alzó la mirada al
cielo sintiendo una paz inmensa y dio gracias a Dios por eso. Se levantó y
caminó a casa con la alegría de saber que lleva en su corazón "el amor más
grande del mundo"...
Esta es la historia de un soldado que despues de haber luchado en la Guerra de Vietnam regresaba a su casa, pero antes quería asegurarse de que sus padres le resiviera, asi que......
Una historia que fue contada por
un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de
Vietnam.
Le hablo a sus padres desde San
Francisco:
Mama, Papa, voy de regreso a
casa, pero les tengo que pedir un favor, traigo a un amigo que me gustaría que
se quedara con nosotros.
Claro, le contestaron, nos
encantará conocerlo.
Hay algo que deben de saber,
....el hijo siguió diciendo..... el fue herido en la guerra; pisó una mina de
tierra y perdió un brazo y una pierna. El no tiene adonde ir, y quiero que se
venga a vivir con nosotros a casa.
Siento mucho escuchar eso hijo, a
lo mejor podemos encontrar un lugar en donde el se pueda quedar.
No, .....mama ....papa.... yo
quiero que el viva con nosotros ...
Hijo.... le dijo el padre, tu no sabes
lo que estas pidiendo, alguien que esta tan limitado físicamente puede ser un gran
peso para la familia.
Nosotros tenemos nuestras propias
vidas que vivir, y no podemos dejar que algo como esto interfiera en nuestras
vidas. Yo pienso que tu deberías de regresar a casa y olvidarte de esta
persona, El encontrará una manera de la que pueda vivir solo.
En ese momento el hijo colgó el
teléfono.
Los padres ya no volvieron a
escuchar de él.
Unos cuantos días después, como
sea, los padres recibieron una llamada telefónica de la policía de San
Francisco.... su hijo había muerto después de haberse lanzado de lo alto de un
edificio. Fue lo que les dijeron. La policía creía que era un suicidio.
Los padres destrozados por la
noticia, volaron a San Francisco y fueron llevados para que identificaran a su
hijo.
Ellos lo reconocieron; para su
horror, descubrieron algo que no sabían, su hijo tan solo tenia un brazo y una
pierna.
Los padres de esta historia son
como muchos de nosotros. Encontramos muy fácil el amar a las personas que son
hermosas por fuera o que son entretenidas, pero no nos gusta la gente que nos
hace sentir alguna inconveniencia o que nos hace sentir incómodos; preferimos
estar alejados de personas que no son muy saludables, hermosas o inteligentes,
"como lo somos nosotros".
Afortunadamente hay una persona
que no nos trata de esa manera, alguien que nos ama con un gran amor, que
siempre nos recibirá en su familia, no importa que tan destrozados estemos,
física o mentalmente.
Esta noche, antes de ir a dormir,
ora a Dios para que Él nos de la fuerza para poder aceptar a la gente tal como
es, y para que nos ayude a ser mas comprensivos con esas personas que son diferentes
a nosotros.
Existe un milagro que se llama
"Amistad" que existe en el corazón. Tu no sabes como pasa, ni como
empieza, pero tu sabes la ayuda especial que tiene y te das cuenta que la
amistad es el regalo mas preciado que tenemos.
Los amigos son una joya muy rara,
en toda la extensión de la palabra, ellos nos hacen sonreír y nos apoyan para
que progresemos; ellos nos prestan un oído, comparten una palabra de sabiduría
y siempre van a abrir su corazón para nosotros.
Diles a tus amigos lo mucho que ellos
te importan.