Tú mismo ya eres felicidad. Deberíamos ser conscientes y asumir que tenemos que vivir y disfrutar la aventura y el placer de nuestra propia vida, de lo que somos. En lugar de hacer esto, nos dedicamos a vivir la vida esperando por lo que los demás nos puedan ofrecer, como si ellos nos fueran a llenar de felicidad; o aguardamos pendientes de las circunstancias o las cosas, como si fuera a llegar algo que cambiará nuestra situación de desdicha o ausencia de felicidad.
No se puede vivir condicionado a que si el día amanece con un sol espléndido o si madrugamos con un día lleno de nubes, ni si las personas con las que vivimos o trabajamos nos van a hacer el día más ameno o grato. La felicidad tiene que ser una postura personal interior, meditada y determinada ante la vida, como una elección que nos va beneficiar en todo sentido. El filósofo entre otras cosas, Lucio Anneo Séneca, dijo: Felicidad es no necesitarla.
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